El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, rechazó de forma contundente la idea lanzada por algunos dirigentes políticos occidentales, entre ellos, el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, de ceder territorios a Rusia para lograr la paz.
En su habitual declaración, Zelenski criticó los planteamientos que hacen “algunas autoridades” en el sentido de que “nunca importa lo que haga el Estado ruso. Siempre hay alguien que dice: tengamos en cuenta sus intereses”, lo que implica ceder en algo.

El mandatario ucraniano criticó las palabras pronunciadas por Kissinger en el reciente Foro de Davos, quien sugirió el martes que las conversaciones de paz deberían tener como objetivo crear fronteras a lo largo de la “línea de contacto” en el conflictivo Donbás, tal y como existía en vísperas de la invasión rusa.
“Las negociaciones deben comenzar en los próximos dos meses antes de que genere trastornos y tensiones que no se superarán fácilmente. Idealmente, la línea divisoria debería ser un retorno al statu quo de antes”, dijo Kissinger, lo que aparentemente sugiere que Ucrania acepte ceder gran parte de Donbás y la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
“Continuar la guerra más allá de ese punto no supondría la libertad de Ucrania, sino una nueva guerra contra la propia Rusia”, remarcó.
Zelenski comparó las opiniones de Kissinger con lo ocurrido con la Alemania nazi en 1938, cuando los intentos de apaciguar al agresor consistieron en concesiones territoriales que no sofocaron el apetito alemán por más territorios.
“No importa lo que haga el Estado ruso, siempre hay alguien que dice: tomemos en cuenta sus intereses. Este año en el Foro Económico de Davos se volvió a escuchar esta idea”, explicó Zelenski.
La invasión rusa iniciada el pasado 24 de febrero ya tuvo una primera fase en 2014, cuando las tropas rusas invadieron y se anexionaron la Península de Crimea.
En esas mismas fechas, en el Donbás ucraniano (que incluye a las regiones de Lugansk y Donetsk), las guerrillas prorrusas comenzaron a luchar contra el Gobierno de Kiev ayudados por fuerzas enviadas por Moscú, en un conflicto que ha quedado enquistado desde entonces.
Poco antes de iniciarse la invasión rusa el 24 de febrero, ambas regiones se autoproclamaron repúblicas independientes y fueron reconocidas inmediatamente por el gobierno de Putin.
La nueva invasión rusa en Ucrania, de la que se acaban de cumplir tres meses, tras cosechar algunos fracasos en el control del oeste del país y Kiev, se ha centrado en las últimas semanas en ocupar el Donbás, después de tomar la ciudad sureña de Mariúpol, para lograr un corredor que le permita unir todo el este y sur de Ucrania.
