La timidez puede parecer normal. Sin embargo, es importante contar con la ayuda de un psicólogo en aquellos casos en que este comportamiento se haya convertido en una interferencia en algún ámbito importante de la vida: personal, social o laboral.
- ¿A qué se debe?
La timidez es un rasgo de personalidad que influye en el comportamiento y condiciona las relaciones interpersonales. Es un miedo crónico que procede de una absoluta desconfianza en uno mismo, impide que la persona se relacione con normalidad y pone un límite al desarrollo social, obstaculizando las conversaciones y los acercamientos a otras personas.
Se considera incorrecto tipificar como enfermedad a la timidez confundiéndola con la fobia social. La timidez se asocia a alguien que suele dar la imagen de una persona antisocial y poco demostrativa emocionalmente. Se suele catalogar también como tímida a aquella persona que es emocionalmente rígida y a la que le cuesta mucho relacionarse.
Existen dos tipos de timidez:
- La esperable a ciertas edades y situaciones, que no llegan a bloquear al individuo.
- La crónica, que impide que la persona se relacione con normalidad.
- ¿Cuándo la timidez se convierte en un problema?
- Si la timidez se experimenta de forma frecuente y promueve una alteración de la normalidad del funcionamiento.
- Si la timidez impide mantener relaciones sociales abiertamente, mostrar todo tu potencial, tomar decisiones, decir lo que piensas o te impide hacer acciones en un entorno donde estén involucradas otras personas.
- ¿Cómo se tratar?
Al iniciar una terapia es de gran importancia tener un diagnóstico diferencial, para no confundir la timidez con la fobia social, el trastorno por evitación o con la inhibición.
El especialista de salud mental desarrollara un plan de tratamiento personalizado, para tratar el problema de forma eficaz; la manifestación de la timidez puede ser muy diferente en función de la personalidad y circunstancias de cada paciente.
- El tratamiento psicológico más frecuente para tratar la timidez es la terapia cognitivo-conductual. Tiene como objetivo transformar el comportamiento errático de la persona tímida y tratar de eliminar los pensamientos automáticos negativos que generan la timidez y la autoevaluación continua que se produce con los bloqueos de la persona tímida. La terapia nos proporciona los recursos psicológicos para hacer frente a la timidez.
Un entrenamiento en habilidades sociales y en técnicas asertivas ayuda a la persona a aumentar su competencia ante las situaciones sociales, y consigue aquellos objetivos que, a causa de la timidez, le puede resultar difícil de conseguir. Como consecuencia de esto se eliminan los errores de pensamiento y se incrementa la seguridad en uno mismo y la autoestima.