La nomenclatura de las calles es elemento indispensable para la ubicación correcta en cualquier parte del mundo, refieren a la vez personajes, lugares o fechas que representan un significado especial.
En la historia de la toponimia intervienen muchas variantes desde la tradición hasta la apropiación popular’’, aseguró Juan Gerardo López, director del Archivo Histórico de la CDMX Carlos de Sigüenza y Góngora.
“Aunque a veces las autoridades propongan un nombre, la gente la asocia con algún elemento y así se va quedando en la toponimia’’, aseguró Juan Gerardo López, director del Archivo Histórico de la CDMX Carlos de Sigüenza y Góngora.
Esto se comprueba con las calles que llevan nombre de oficios en la colonia Morelos y que se explican por la ubicación de los talleres o accesorias de cada especialidad, talabarteros, meleros o zapateros.
Los nombres de las calles en muchos casos remiten a la historia de la localidad a la que pertenecen, condición que en la Ciudad de México se cumplía con mayor plenitud en el pasado.
Por su parte, la historiadora y cronista, Ángeles González Gamio, dijo que es “particularmente en lo que ahora llamamos el Centro Histórico que fue la Ciudad de México hasta mediados del siglo XIX tu podías leer la historia de la ciudad a través de los nombres de las calles’’.
Fíjate, la Calle de Madero tenía tres nombres, un tramo era San Francisco porque estaba el convento de San Francisco, más adelante era profesa, porque estaba el templo de La Profesa y el tramo más cercano a la plaza era Plateros porque ahí estaban todos los Plateros’’, aseguró Ángeles González Gamio.
En la década de los años 20 cambió la nomenclatura de varias calles y se colocaron placas de cerámica, aun existentes, que indican el nombre anterior, al tiempo que refieren condiciones pretéritas.
Los cambios de nomenclatura tienden a conducir la memoria colectiva hacia destinos distintos, es el caso de la avenida San Juan de Letrán que pasó a ser Eje Central Lázaro Cárdenas.
Se llamaba San Juan de Letrán porque ahí estuvo el colegio de San Juan de Letrán que creó, fíjate, Fray Pedro de Gante, el primer Colegio para los niños naturales, para los niños indígenas del siglo XVI y después ahí se fundó la Academia de Letrán con Guillermo Prieto, Altamirano, todos ellos, entonces fíjate lo que guardaba el nombre de esa calle’’.
Por encima del argumento histórico, prevaleció la visión oficial para rendir homenaje al expresidente Lázaro Cárdenas.
“Como el Eje Central del desarrollo del país, por eso el Eje Central se llama Lázaro Cárdenas”.
El 13 de agosto ocurrirá el próximo cambio de nomenclatura en la Ciudad de México, fecha en la que el gobierno local dispuso, en el marco de la conmemoración de la toma de la urbe azteca que avenida Puente de Alvarado se convierta en avenida México-Tenochtitlan’’, aseguró Juan Gerardo López.
La finalidad es quitar a una gran avenida, el apellido de un conquistador español, responsable de una matanza de indígenas.
Durante la guerra de 1521 Pedro de Alvarado fue excepcionalmente cruel y su crueldad le permitió avanzar y convertirse en el conquistador de Centroamérica hasta panamá’’, consideró Juan Gerardo López, director del Archivo Histórico de la CDMX Carlos de Sigüenza y Góngora.
Se trata de una de las principales avenidas que salían de Tenochtitlan, nace en la parte posterior de la Catedral Metropolitana con el nombre de Tacuba, se convierte en Av. Hidalgo, Puente de Alvarado y San Cosme hasta convertirse nuevamente en Tacuba.
Porque se han ido colocando huellas de los diversos proyectos históricos en esta calle en esta ciudad efectivamente de la Calzada México-Tlacopan’’, aseguró el director del Archivo Histórico de la CDMX Carlos de Sigüenza y Góngora.
“Los nombres y las ciudades son seres dinámicos y lo reitero, son por lo tanto espacios de memoria y en consecuencia espacios de proyecto’’, afirmó Juan Gerardo López.