El indígena brasileño Aruká Juma, el último varón del pueblo Juma de Brasil y sobreviviente de una matanza para exterminar a su tribu, murió por complicaciones de COVID-19.
Su deceso marcó la cuenta regresiva de la extinción de los jumas, ya que Aruká era el último varón de su etnia; sus tres hijas se casaron con indígenas del pueblo Uru-eu-wau-wau, y sus descendientes ya no llevarán el linaje juma.
Aruká murió en un hospital de Porto Velho, en la Amazonia, tendría entre 86 y 90 años de edad, su cadáver será llevado a Humaitá, donde será sepultado.
En 1960 el pueblo de los juma tenía 15 mil miembros, pero una serie de matanzas a manos de mineros y hacendados invasores redujeron drásticamente la población a tan solo cuatro personas en este año.