La primavera, si bien trae consigo la promesa de fertilidad en el campo y una mayor productividad en las tierras de cultivo, también conlleva riesgos ambientales y un aumento en la presencia de plagas.
Durante esta época, es crucial mantener un cuidado especial en los cultivos para prevenir la proliferación de plagas de artrópodos y pulgones, ya que tienden a iniciar un proceso de reproducción masiva.
Además, es importante estar alerta ante la proliferación de hongos que afectan a los cultivos, especialmente el oídio, la verticilosis y la roya, los cuales encuentran condiciones propicias de desarrollo debido al incremento de humedad en el ambiente primaveral.
Otro factor a considerar en esta temporada son los incendios forestales, que tienden a incrementarse debido a las altas temperaturas. Por ello, se desaconseja realizar quemas agropecuarias no controladas, siendo estas responsables del 40% de los incendios forestales a nivel nacional, según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).
Además, en primavera es más frecuente enfrentarse a sequías, por lo que se vuelve prioritario un uso moderado y responsable del agua. Se recomienda el empleo de sistemas de riego eficientes y sostenibles, como el riego por goteo, la agroforestería y la microaspersión.
Es fundamental recordar que el manejo responsable del recurso hídrico contribuye significativamente a garantizar su disponibilidad para todas las personas.
