Miles de personas llegaron al popular mercado de mariscos al inicio de los festejos de Pascua para surtir su mesa con alimentos del mar en Ciudad de México.
Entre camarones, escamas y pescados la multitud caminaba.
Al mercado lo rodearon con unas vallas metálicas para controlar el aforo de las personas en esa parte de la vía pública.
La venta está muy baja porque pusieron estas rejas y la gente como se espanta o le da flojera formarse y mejor se va” dice Orlando, uno de los locatarios de la Viga.
En cada esquina colocaron unos filtros con personal de seguridad privada y elementos de la alcaldía de Cuauhtémoc. En esos filtros tomaban la temperatura de las marchantas y el uso de cubre bocas era obligatorio. La fila para atravesar ese filtro daba la vuelta a la manzana; personas con bolsas de mandado y cubetas esperaban su turno para llenar sus recipientes con mariscos crudos o alimentos ya preparados para disfrutar del fin de semana santo en este 2021.
El año pasado, en estas mismas fechas les levantaron todo; grúas y patrullas de la policia llegaron al lugar y comenzaron a decomisar todos los productos y detener a algunas personas por la venta de mariscos. Las palabras se convirtieron en gritos y éstos se transformaron en golpes y jaloneos para exigir que lo dejaran trabajar.
Este año no fue así, se llegó a un diálogo antes de usar la fuerza y por eso se colocaron los filtros.
“¿Me muestra su cuello para tomarle la temperatura? No lo voy a morder nadamos es para ver si puede pasar”, decía una de las mujeres de la seguridad privada.
Las personas adentro pedían pescados fritos o pescadillas; uno que otro local vendía “chelas” y micheladas a escondidas, pero alguno de lo trabajadores de la alcaldía Cuauhtémoc se dieron cuenta y le decomisaron varias botellitas de cerveza.
La clientela no estaba tan contenta, pero si queria encontrar mariscos frescos tendría que esperar su turno.
Deberían de ser más rápidos para dejarnos pasar. Mire, nosotras esperando bajo el Sol a que podamos comprar los camarones, no los compramos antes porque no pensamos que esto estaría así y también porque los mariscos no aguantan mucho, entre más frescos mejor”, dijo Doña Gloria en medio de la larga fila.
Las aglomeraciones en espacios público han sido duramente criticadas y contrastadas con las más de 200 mil personas fallecidas por COVID-19; sin embargo, en Ciudad de México el comercio informal es una de las principales fuentes de trabajo y de liquidez económica, por lo que suspender estas actividades crearía una crisis económica a nivel local.
Los puestos resolvieron algunos protocolos de sanidad colocando plásticos alrededor de las cocinas y los trabajadores, dieron sana distancia entre mesa y mesa y todos portaban cubreboca y gel atibacterial.
Ya de por sí está bajo (de ventas), pero si no aprovechamos ahorita que hay venta y que nos dejan poner (los puestos ambulantes) no vamos calibrarla. No nos va a matar la pandemia, sino que nos vamos a morir de hambre porque de esto dependemos” concluyó Orlando.