El Producto Interno Bruto (PIB) de Japón creció 5% entre julio y septiembre en comparación con el trimestre precedente, una recuperación mayor de lo previsto que pone fin a tres trimestres consecutivos de contracción.
La tercera economía mundial sufrió un desplome histórico en el segundo trimestre de 2020, y este lunes el gobierno revisó a la baja a -8,2% frente al 7,9% anunciado con anterioridad.
La contracción empezó en el cuarto trimestre de 2019 (-1,8%) a raíz de una subida del IVA japonés, y prosiguió con una caída del 0,6% en el primer trimestre, marcando la entrada en recesión del país, definida por dos contracciones de la riqueza nacional durante al menos dos trimestres seguidos, por primera vez desde 2015.
La mejora de la demanda interna (+4,7%), que se había hundido en el segundo trimestre por el estado de urgencia decretado por las autoridades para frenar la pandemia de Covid-19, y las exportaciones (+7%), contribuyeron al crecimiento del tercer trimestre.
En cambio, las inversiones tanto inmobiliarias como no residenciales de las empresas cayeron en el tercer trimestre (-7,9% y -3,4% respectivamente), mientras el ánimo de los empresarios japoneses sigue pesimista.
Aunque las grandes empresas niponas son ligeramente más optimistas en el futuro, según el barómetro trimestral de referencia Tankan que el Banco de Japón publicó a principios de octubre, los sectores de la hostelería, la restauración y del automóvil no acaban de ver la luz al final del túnel.
El crecimiento de Japón podría volver a debilitarse en el cuarto trimestre ya que la “demanda se ralentizará” principalmente a causa “de las segundas olas de Covid-19 en el extranjero”, vaticina el economista Naoya Oshikubo en una nota publicada antes de conocerse el resultado del PIB.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una contracción del 5,3% en el conjunto de 2020, y habrá que esperar tres años para recuperar los niveles que había en el tercer trimestre de 2019, según Yoshimasa Maruyama, de SMBC Nikko Securities, citado por Bloomberg.