Tras una odisea, la obra monumental “Chalchihuites” de Javier Marín, por fin llegó a custodiar el Museo Nacional de Corea, en Seúl.
“Nuestros contenedores no pudieron atracar hasta dos semanas o tres después de lo previsto, los tuvieron que desviar a Shángai, por fin pudieron entrar por Busan a su puerto, ya que llegaron nos toca huelga de transportistas, así que otra vez, ya que llegan al museo, resulta que habíamos perdido nuestra fecha y debimos esperar a que tuvieran disponibilidad”, dijo Javier Marín, artista plástico.
Instalación que se suma a la muestra “Aztecs”, ambas son parte de la celebración del 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y México.
Los “Chalchihuites”, término náhuatl que significa “gotas de agua” o “piedras preciosas”, es una invitación a mirar el caos del pasado para reconstruirse, tal como fueron concebidas las piezas que miden 5 metros.
“Están hechos de resina poliéster y el material con el que están armados son mis propias esculturas de muchos momentos que yo retomo y normalmente lo haría para tener una memoria de mi trabajo en volumen y los tomo y pongo unos junto a otros, generando a un discurso nuevo que tenía cada pieza por sí misma”, explicó Javier Marín.
Los “Chalchihuites” de Javier Marín estarán hasta el 28 de agosto, tiempo después regresará a altamar, con un nuevo destino en el horizonte.