Amy Coney Barret, la jueza que Trump nominó para ocupar el puesto en la Corte Suprema de Estados Unidos en sustitución de la liberal Ruth Bader Ginsburg, ha sido confirmada por el Senado.
- ¿Cuál es el perfil de Barret y que está en juego?
La jueza de 48 años fue presentada a la Corte Suprema como una de las mentes legales más brillantes y talentosas de la nación norteamericana; una mujer de logros incomparables e intelecto sobresaliente.
Ella, al aceptar su nominación, dijo que sus resoluciones como magistrada de la Corte Suprema se basarían únicamente en la ley y no en creencias personales.
Sin embargo, sus respuestas al Congreso y sus propios escritos cuentan una historia totalmente diferente.
- Orígenes y preparación académica
Proveniente de un barrio popular de Nueva Orleans, comenzó su vida académica en un colegio católico. Continuó su educación en una institución de la Iglesia Presbiteriana en Tennessee y después estudió Literatura Inglesa en el Colegio Rhodes.
Posteriormente, consiguió una beca completa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, donde se tituló con el promedio más alto de su generación. Allí fue editora de la Notre Dame Law Review (Revista de Leyes de la Universidad de Notre Dame).
Al graduarse trabajó como asistente judicial en la Corte de Apelaciones en Columbia, después con el juez Antonin Scalia, en la Corte Suprema, y de ahí pasó a un bufete en Washington, DC.
En 2001, comenzó a dar clases de Derecho como profesora asociada visitante en la Universidad George Washington, y después regresó a su alma mater.
En 2010, fue nombrada profesora titular de Derecho. En 2017, Trump la nominó como jueza federal en la Corte de Apelaciones.
Barrett, quien es muy popular entre los conservadores religiosos, siempre había sido una de las candidatas del presidente para cubrir una vacante en la Corte Suprema.
Y el momento llegó tras el fallecimiento de Ruth Bader.
- Perfil ultraconservador
Barret es conocida por su extrema tendencia conservadora.
Los demócratas han advertido que podría votar para desarticular el Obamacare, una reforma de salud que ha brindado seguro médico a millones de estadounidenses.
La jueza también se opone por convicción personal al aborto: “La vida comienza con la concepción”, afirmó en un artículo que publicó en 2013, por lo que es probable que ayude a anular la sentencia del caso Roe contra Wade de 1973, que permite el derecho al aborto.
Sobre los derechos LGBTQ, Barrett, según la agencia AP, fue miembro voluntario de grupos que excluyen y estigmatizan no sólo a las personas LGBTQ, sino también a sus hijos. Uno de estos grupos es parte tradicional de los Colegios Trinity, llamado People of Praise (Gente de alabanza).
Por ello, tal vez Barrett se una a la mayoría conservadora en la Corte Suprema, algunos de cuyos miembros han sido hostiles hacia la decisión Obergefell vs Hodges, la cual legaliza el matrimonio igualitario.
Por otro lado, aunque su experiencia en inmigración es escasa, ha apoyado decisiones gubernamentales que frenan el avance de los derechos de las poblaciones migrantes.
Incluso los activistas pro inmigración critican a Barrett porque ha secundado a Trump al endurecer el decreto de “carga pública”, el cual permite negar la “tarjeta verde”, la residencia permanente, a inmigrantes que podrían necesitar asistencia gubernamental.
Barrett también se ha manifestado a favor del derecho de los estadounidenses a tener y portar armas.
Por estas posturas, la confirmación de la jueza podría motivar al electorado religioso conservador a tomar acciones el 3 de noviembre, pues Trump requiere su voto para estas elecciones, como hace cuatro años.
- Intereses electorales
Aunque los demócratas se opusieron a seguir adelante con esta nominación para un cargo clave y vitalicio tan cerca de las elecciones presidenciales, no contaban con las herramientas para evitarlo al ser minoría en la Cámara Alta.
Barrett comienza a ejercer sus funciones en el alto tribunal el 2 de noviembre, justo la víspera de la elección presidencial, por lo cual podría pronunciarse sobre los resultados de la elección y definir la balanza.
Barrett es el tercer nombramiento de Trump en la Corte Suprema.
Los dos anteriores fueron Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.