Piden la aparición de Maricela, una niña de la comunidad otomí
Más de 150 personas de la comunidad indígena Otomí se manifestaron frente la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para exigir la identificación de Maricela Escorza Salinas, una menor desaparecida el 21 de marzo del 2021 al salir del plantón en las instalaciones del Instituto Nacional de la Pueblos Indígenas que sostiene está organización.
Ester Escorza, madre de Maricela, comentó que la noche que desapareció creyeron que la niña se había ido a la casa de sus abuelos, sin embargo, cuando intentaron localizarla se dieron cuenta que nadie la había visto desde el domingo de primavera. El 24 de marzo acudieron a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para interponer la denuncia de desaparición e iniciar los protocolos Amber para la búsqueda de la niña.
En el ministerio público CUH-6 le confirmaron que había una carpeta de investigación con el número CI-FICUH/CUH-6/UI-1S/D/294/03-2021 relativa a un homicidio por atropellamiento. Las características de la persona atropellada en esa carpeta coincidían con la descripción de Maricela.
La carpeta refería que el accidente vehicular se había cometido en el cruce de Bucareli esquina con Reforma y los datos se confirmaron en videos del C-5. Sin embargo, cuando la familia pidió la ropa de la occisa, le dijeron que se encontraba en el Hospital General de Iztapalapa y en dicho nosocomio no dieron razón de las prendas.
Cuando fueron al Instituto de Ciencias Forenses para identificar el cadáver, sólo les permitieron observar el rostro a través de una vitrina.
La cicatriz que Maricela tenía en el brazo no la pudieron ver por las restricciones oficiales y como el rostro estaba muy golpeado no pudieron confirmar que se trataba Maricela Escorza.
Fue hasta el 28 de marzo del 2021 cuando las autoridades le tomaron muestras genéticas de ADN a la señora Ester para confrontarlos con el cuerpo de la mujer atropellada por el carro de marca Chevrolet, tipo Aveo color blanco, con placas P-71-BEP.
Los funcionarios que le tomaron las pruebas genéticas le dijeron a la señora que los resultados podrían tardar entre un mes y un año para identificar a su hija.
Cómo es posible que hasta en un año me entreguen a mi hija, que me dejen con esta angustia durante un año ¿Es porque somos indígenas que nos tratan con tanto desprecio? Es una burla ¿En qué estado me van a entregar a mi niña, solo cuando sean puros huesos?”, Se preguntó Ester.
Para el día 29 de marzo varias notas en la prensa nacional señalaban que Maricela había sido víctima de feminicidio y que ese día se habían entregado los restos a la familia. Relacionaron los hechos con los asesinatos de los dos jóvenes mazahua que fueron asesinados durante noviembre del año 2020 en las calles del Centro Histórico. Las notas refieren a fuentes de la fiscalía capitalina. Por lo que la comunidad considera que estás acciones revictimizan la memoria de los pueblos indígenas.
La protesta frente al búnker pedía un diálogo inmediato con la fiscal Ernestina Godoy. La charla con esta servidora pública no se logró y fue entonces que los manifestantes bloquearon la calle Río de la Loza para exigir que se escuchen sus peticiones en los altos mandos ministeriales.
Ester pide la pronta respuesta de la confronta genética y en caso de ser positivo que se entregue de manera inmediata el cuerpo de Maricela.
Piden que expliquen cuáles son las líneas de investigación de ese crimen y que se especifique si aún se mantiene abierta la investigación para la búsqueda y localización de la menor. También pidió saber si hay algún detenido por el atropellamiento en Bucareli y Reforma ya que se tiene identificado el automóvil.
Sobre las paredes de aquel centro policial se escribió la leyenda “Justicia para Maricela”, que hasta el día de hoy permanece desaparecida en los laberintos de la burocracia forense de México.


