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Detrás de las redadas en favelas de Río de Janeiro

Cauan Fernandes do Carmo Soares, de 22 años, fue asesinado la semana pasada por la policía de Río de Janeiro, durante el mega operativo en dos favelas. Su familia asegura que no era delincuente, sino un joven trabajador que acababa de terminar la educación media superior.

“Desesperado entré y lo busqué en la morgue, entre quince o veinte cuerpos y encontré a mi hijo. Entonces lo reconocí. Fue el peor día de mi vida”, relató Marcelo José Soares.

Cauan fue una de las 121 personas que, se reconoce oficialmente, murieron en la redada policial en las favelas del norte de Río de Janeiro.

El gobernador, Cláudio Castro, justificó la masacre como una acción destinada para detener al “Comando Rojo”, la segunda organización criminal más grande de Brasil.

¿Motivaciones políticas?

“También existen motivaciones políticas y operacionales. Río de Janeiro no deja de ser un escenario de disputa de los narcotraficantes y de las milicias que son grupos parapoliciales que le disputan el control de las favelas al Comando Rojo”, aseguró el corresponsal argentino en Brasil, Pablo Giuliano.

En medio de esta disputa, queda la población pobre, migrante y marginada por el estado que ha sido abandonada históricamente en las favelas o cinturones de pobreza que existen incluso desde la época post colonial.

En estas favelas se ha construido una especie de estado paralelo, donde quien domina, ante el abandono estatal, son los grupos violentos.

“A mí me dijo una persona: yo me siento más seguro aquí adentro y estamos más seguros aquí adentro que si salimos, porque muchas veces la gente que los protege sale a robar a otros lugares”, señaló el escritor y latinoamericanista, Juan Schulz.

Operativos cuestionados

El operativo ha sido fuertemente cuestionado por organizaciones sociales y por la población de las favelas.

“El propósito es político y los cuerpos que se llevan son los nuestros, los cuerpos de las personas negras y pobres. ¡Ya basta, no lo soportamos más!”, denunció Rute Sales, uno de los manifestantes.

FOTO: @LulaOficial

Y es que quien ordenó la redada, el gobernador Claudio Castro, es un opositor del gobierno federal, encabezado por Luiz Inacio Lula da Silva.

Ha sido apoyado por Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, enjuiciado por intentar dar un golpe de estado contra Lula da Silva.

Mientras tanto, la violencia, el abandono social y la marginalidad, siguen cobrando la vida de los más jóvenes.