La Unión Europea sancionó a 78 personalidades y ocho empresas bielorrusas por apoyar al régimen del presidente, Alexander Lukashenko, por reprimir a la oposición, y desviar un avión para detener al opositor Román Protasevich, a finales de mayo.
Estados Unidos, Canadá y reino unido se unieron a estas sanciones, que consisten en el congelamiento de cuentas y prohibición de visado, en una muestra, dijeron, de apoyo al compromiso transatlántico.
Entre los sancionados figuran los ministros bielorrusos de defensa y transporte, empresarios, y dos familiares de Lukashenko, quien lleva 27 años en el poder.
La respuesta de Estados Unidos
Por su parte, Canadá y Estados Unidos impusieron su propia ronda de castigos contra funcionarios e instituciones. Desde Washington, el Departamento de Estado indicó en un comunicado restricciones de viaje a 46 funcionarios bielorrusos, mientras que el Departamento del Tesoro anunció el bloqueo de los activos de 16 individuos y 5 entidades vinculados con Lukashenko.
En tanto, Canadá impuso sanciones contra 17 individuos y 5 entidades “en respuesta a las flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos” en Bielorrusia. Al mismo tiempo, el gobierno de Reino Unido amplió su propia lista de sancionados con otros once individuos y dos entidades, también como reacción al desvío del vuelo de Ryanair y las violaciones a los derechos humanos.
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