La Casa Blanca divulgó una estrategia para combatir la corrupción.
Tiene como eje reducir la capacidad de los actores corruptos que utilizan los sistemas financieros para ocultar activos y lavar dinero.
El plan propone la participación de países socios en la detección e interrupción de sobornos.
También establece un frente contra la cleptocracia política, establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, con recompensas para identificar y recuperar activos vinculados a la corrupción de gobiernos extranjeros, depositados en instituciones financieras de Estados Unidos.
Washington apoyará a los periodistas de investigación que denuncien la corrupción.
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