¿A quién no le ha ocurrido? Sentir nervios en el estómago, ya sea por un momento que no acaba de llegar, por una incertidumbre complicada de tolerar o por un problema al que no le vemos una solución sencilla. El cuerpo y la mente están conectados y lo que nos preocupa a nivel mental muchas veces se manifiesta a nivel orgánico.
Estos nervios que sentimos son una molestia que puede llegar a causar cierto dolor, provocando un malestar general que cuesta trabajo hacer desaparecer.
A grandes rasgos, hay dos tipos de nervios en el estómago:
- Los que aparecen de forma puntual, porque estamos excitados o nerviosos pensando en algo que tiene que llegar (generalmente, cosas buenas).
- Los nervios que se cronifican y que llegan a causar dolor, generalmente porque estamos preocupados por alguna cuestión (es decir, por algo negativo).
Así, los nervios en el estómago pueden aparecer por “cosas buenas y malas”; más bien, por la expectativa de dichas cosas y por las preocupaciones o la incertidumbre asociadas a ellas.
La somatización
Si el síntoma se hace crónico, puede somatizarse. La somatización constituye un escape, una manifestación indirecta para el síntoma. El canal de comunicación entre la mente y el cuerpo es más estrecho del que creemos, y muchas veces el cuerpo expresa lo que la mente está intentando ocultar, afrontar o gestionar.
Así, a través de la somatización, un malestar o una alteración de la mente aparecerá en el cuerpo; en este caso, en el estómago. De esta forma, vemos cómo estados de ansiedad y estrés pueden convertirse en emociones, lo que origina los síntomas de nervios en el estómago, incluyendo dolores y molestias estomacales.
- Manos a la obra
No es algo fácil, pero se debe intentar. La planificación y la anticipación nos pueden ayudar a reducir el estrés que sufrimos diariamente.
- Desdramatiza
Si estás sufriendo por algo que tiene una importancia relativa, intenta desdramatizar, relativizar la situación. Quizás le estás dando más importancia de la que tiene o quizás no estás siendo del todo realista.
- Distráete
En el caso de que los nervios en el estómago aparezcan porque estás esperando con mucha ilusión algo, prueba a distraerte y a mover el foco de atención a otra cosa.
- Practica la respiración y la relajación
Estas dos técnicas son muy empleadas para reducir síntomas ansiosos. Prueba a dedicarle unos minutos al día a meditar, a poner en práctica la respiración diafragmática o a relajarte con un buen baño caliente y música relajante.
- Realiza ejercicio
Es un hábito saludable para el cuerpo, ayuda a distraer la mente, nos permite centrar la energía en el cuerpo (es decir, en algo diferente a lo que te está causando el síntoma en cuestión).
- Haz actividades placenteras
En línea con el punto de distraerte, otra idea clave que puede ayudarte a reducir o eliminar los nervios en el estómago es realizar actividades placenteras, que te gusten.
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