Berenice, María y Mónica, trabajadoras de instituciones públicas de la Ciudad de México, decidieron convertirse en madres; aunque al hacerlo, fueron violentadas en sus propios centros de trabajo.
Tú estás siendo madre y tú sabes que tienes derecho a ser madre, y de repente en el lugar en el que tu trabajas, tu jefe directo te ataca porque decidiste serlo”, expuso Berenice Álvarez, víctima de violencia institucional.
Yo regreso y empiezo a tener muchísimos actos de violencia, sabiendo la titular en ese entonces que yo tenía una situación médica; que el estrés podría acelerar esto, y que podría tener consecuencias fatales de vida”, dijo por su parte María del Carmen Flores, víctima de violencia institucional.
Antes de portar un uniforme, también soy mujer, soy ser humano, y claro que quería tener hijos. Sabía que estaba mal pero no sabía cómo demostrarlo, porque ahí te dicen no, no y no, la respuesta siempre es no”, comentó Mónica Ríos.
Los casos de estas mujeres permitieron a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México acreditar que fueron agredidas por la simple razón de que querían ser madres y por ello, emitieron una recomendación en contra de tres instituciones capitalinas.
En los tres casos las distintas autoridades: Instituto Electoral, Caja de Previsión de la Policía Preventiva y Policía Bancaria e Industrial, todas de la Ciudad de México, fueron omisas en garantizar un ambiente laboral libre de violencia, reconocer el acceso a la cobertura social existente y en los casos dos y tres. Adicionalmente no garantizaron el derecho a las licencias para el ejercicio de la maternidad y el reposo para la lactancia”, explicó Nadia Sierra, quinta visitadora de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX.
La presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos capitalina, Nashieli Ramírez, explicó que esta es la primera recomendación que documenta la violación laboral cuando las mujeres deciden ser madres, problema que pidió combatir.
Mediante esta recomendación se rechaza y condena públicamente la violencia institucional y laboral perpetuada en contra de las mujeres al ser un escenario estructural promovido por autoridades”, dijo Nashieli Ramírez.
Con esta recomendación, dijo una de las víctimas, se reconoce que ejercer la maternidad y trabajar no debe ser motivo de discriminación.
En México hay casi 19 millones de mujeres trabajadoras y cerca de 15 millones de ellas son madres, según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2020 del INEGI.
Sólo en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México, en el 2018 se presentaron 148 demandas de despido por embarazo mientras que en el 2019 se registró un alza, con 182 casos registrados.
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