En el marco del ‘Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer’, mujeres y miembros de la sociedad civil se movilizaron en varios estados a lo largo de México.
Las protestas giran alrededor de exigir justicia para las víctimas de feminicidio, desaparición y diversos abusos sexuales. A su vez, familiares de víctimas, víctimas y otros manifestantes, demandan acciones ante la impunidad y el desinterés que parece haber para resolver las problemáticas de género y violencia que aquejan al país.
Ante preocupantes ascensos en los índices de violencia, tanto en cantidad como en forma, este tipo de manifestaciones son cada vez más comúnes, en México y el mundo en general. De la mano, la represión policiaca y de otros cuerpos de fuerza estatales, se mantiene como un recurso común del cual hacen uso los Gobiernos.
En nuestro país las marchas tuvieron lugar en la Ciudad de México, Cancún, Quintana Roo, Toluca, Estado de México, Morelia, Michoacán, Culiacán, Sinaloa, Comitán de Domínguez y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, así como en Celaya, Guanajuato, Xalapa, Córdoba y el puerto de Veracruz, y Cuernavaca, Morelos, entre otros.
La descentralización de las protestas da muestra de que en todo el territorio las mujeres sufren violencia.
A pesar de que se suele manejar este tipo de organizaciones civiles, como las marchas, las pancartas, e incluso los cantos de protestas, bajo la etiqueta de “feminista”, es relevante notar que se trata antes que otra cosa, de un grave problema que afecta a toda la sociedad, que da cuenta de la violencia, inseguridad e impunidad a la que nos enfrentamos los mexicanos, y específicamente en este contexto, las mujeres.
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